La Solemnidad del Corpus Christi o del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como también es conocida esta celebración, tiene su origen en un milagro acontecido en el siglo XIII.
En este día, la Iglesia tributa a la Eucaristía -presencia real de Cristo- culto público y solemne de adoración, amor y gratitud. En sintonía con ello, la procesión del Cuerpo y Sangre de Cristo se realizó después de la Santa Misa en la Iglesia dedicada a San Bruno de Ñuñoa, con una concurrida participación de familias., que devotamente adoraron a Jesús Sacramentados por las calles de la parroquia.












